Llamado a testificar en el juicio contra Google, un alto ejecutivo de la empresa Apple aseguró el martes que el célebre motor de búsqueda era, según él, el mejor producto para los usuarios de sus teléfonos inteligentes.
En el histórico juicio, abierto el 12 de septiembre, el gigante de Internet es acusado por el gobierno estadounidense de abuso de posición dominante.
Según el Departamento de Justicia, Google construyó su empresa gracias a contratos ilegales de exclusividad con empresas como Samsung, Apple y Mozilla, para que su buscador fuera instalado por defecto en sus dispositivos y servicios, y así impedir el surgimiento de cualquier alternativa.
«No creo que haya nadie tan bueno como Google en materia de búsquedas en línea», declaró a la corte Eddy Cue, uno de los vicepresidentes de Apple.
«En ese momento no había ninguna alternativa viable a Google. Y nosotros realmente no consideramos jamás escoger otro», agregó.
Cue hizo referencia a una serie de acuerdos que comezaron en 2002, cuando Google pagó miles de millones de dólares a Apple para obtener un lugar destacado en sus dispositivos.
El acuerdo fue actualizado en 2016 para que el fabricante de iPhone recibiera una mayor porción de los ingresos publicitarios de Google derivados de su motor de búsqueda por medio de Safari, el navegador de Internet de Apple.
El testimonio de Cue fue abierto al público de forma muy breve, antes de continuar a puerta cerrada por temor de las empresas a la filtración de datos sensibles.
Google dispone de diez semanas de audiencias para tratar de persuadir al juez federal Amit Mehta de que las acusaciones del gobierno son infundadas.
Es la primera vez que fiscales estadounidenses se enfrentan a una gran corporación tecnológica desde que, hace más de 20 años, Microsoft fue el blanco debido a la dominancia de su sistema operativo Windows.
El juicio busca determinar si el éxito del motor de búsqueda de Google se debe a su rendimiento o bien si detrás hay prácticas ilegales.
Las sesiones judiciales ya revelaron que Google paga cada año 10,000 millones de dólares a Apple y a otras empresas para garantizar su estatus como motor de búsqueda por defecto en teléfonos y navegadores web.