Es fácil pensar que la conservación de datos es algo de lo que deben preocuparse las grandes empresas o las personas importantes, pero ¿qué ocurre si tienes información a la que necesitarás acceder dentro de diez o incluso cincuenta años?
Por diversas razones, es posible que necesites conservar datos durante mucho tiempo. Tal vez tengas documentos o registros antiguos que te gustaría transmitir a las generaciones futuras, o tal vez necesites conservar registros financieros y otros papeles necesarios por motivos legales.
Incluso si quieres conservar tus recuerdos personales, como fotos o vídeos, tendrás que encontrar una forma de almacenar todo ese material.
👉🏻 Índice
- ¿Qué factores hay que tener en cuenta?
- Almacenamiento en frío vs. en caliente
- Los mejores soportes de almacenamiento a largo plazo
¿Qué factores hay que tener en cuenta?
La clave para conservar los datos a largo plazo es encontrar un formato de almacenamiento en el que puedas confiar. Esto puede significar utilizar métodos de almacenamiento digital, como almacenamiento en la nube o discos duros externos.
Si estás pensando en almacenar datos digitales a largo plazo, debes tener en cuenta varios problemas.
En primer lugar, los medios de almacenamiento digital, como los discos duros y las unidades SSD, pueden degradarse con el tiempo y acabar fallando. Eso significa que debes seguir haciendo nuevas copias de los datos a largo plazo antes de que fallen tus dispositivos de almacenamiento.
Otro reto a tener en cuenta es la obsolescencia de los formatos de archivo. Algunos formatos de archivo pueden quedar obsoletos o ser incompatibles con el software más reciente a medida que avanza la tecnología.
Eso significa que, aunque sobreviva el soporte de almacenamiento, puede que no haya unidades que lo lean y, aunque las haya, es posible que se pierdan los detalles de los formatos de archivo que utilizaste para almacenar esos datos.
Por ejemplo, si hace treinta años decidiste guardar un documento en un diskette de 5.25″ o 3.5″, hoy sería complicado encontrar un lector. Y si lo guardaste en un editor de texto de la época, como Lotus Word o Wordperfect, también podrías tener problemas.
Por otro lado, cada vez que migras tus datos actuales a un formato más nuevo para conservarlos durante unos años más, es posible que se degraden de alguna manera que no se hará evidente hasta que alguien intente acceder a ellos algún día.
Los ciberdelincuentes, el malware y los desastres naturales pueden poner en peligro los datos almacenados, por lo que es importante aplicar medidas de seguridad estrictas para proteger la información y almacenar los soportes en un entorno que sea seguro para ellos y ofrezca estabilidad a largo plazo.
Almacenamiento en frío vs. en caliente
En la jerga del almacenamiento de datos, el almacenamiento «en frío» se refiere a cómo se guardan los datos a los que se accede raramente. Suele tratarse de datos que se guardan por motivos de cumplimiento de normativas u otros registros necesarios irrelevantes para el día a día de la empresa.
El almacenamiento en frío suele ser offline, y los soportes que contienen los datos se guardan apagados o separados de las unidades que pueden leerlos. Si los datos se guardan en frío, esto puede afectar a su duración.
El almacenamiento «en caliente» es siempre accesible y suelen almacenarse en soportes que están siempre conectdos. Como es de esperar, estos soportes se desgastan con el uso diario, por lo que no son una buena opción para archivo y copias de seguridad.
Los mejores soportes de almacenamiento a largo plazo
Los discos ópticos de una sola escritura, como M-DISC, están diseñados específicamente para el almacenamiento de datos a largo plazo. A diferencia de los CD y DVD, utilizan un tipo especial de capa de datos fabricada con materiales resistentes a la degradación con el paso del tiempo, incluidos los rayos UV y la humedad, dos factores que suelen ser responsables de la «putrefacción del disco».
La vida útil de los discos M-DISC es de 1.000 años o más, al menos eso afirman los distintos fabricantes. Obviamente, es imposible probar esta afirmación, pero se pueden hacer conjeturas mediante pruebas.
La cinta magnética se utiliza desde hace décadas para almacenar datos a largo plazo. Es muy duradera y puede soportar temperaturas y humedad extremas. Además, es relativamente barata en comparación con otras opciones.
Por lo general, la vida útil de las cintas magnéticas es de 30 años o más, siempre que estén almacenadas en frío con condiciones estables de temperatura y humedad. Incluso algunas cintas magnéticas de alta calidad pueden durar hasta 50 años o más.
Sin embargo, las cintas magnéticas necesitan maquinaria especializada para leer y escribir datos. Es posible que esa maquinaria no dure tanto como usted necesita, ya que una unidad de cinta es un dispositivo mecánico complejo.
Los discos duros mecánicos (HDD) se han utilizado durante décadas como almacenamiento primario para ordenadores. Son fiables, rápidos y relativamente baratos.
Dicho esto, no están diseñados para el almacenamiento a largo plazo, y la vida media de un disco duro mecánico (HDD) es de tan sólo 3-5 años. Si decides utilizar discos duros para almacenamiento a largo plazo, debes hacer copias de seguridad de sus datos con regularidad y sustituir las unidades cada pocos años.
Las unidades SSD son más rápidas y fiables que las HDD, pero son más caras y no están diseñadas para el almacenamiento a largo plazo, ya que la vida media de un disco SSD es de unos 5-10 años. Si utilizas unidades SSD para almacenamiento a largo plazo, asegúrate también de hacer copias de seguridad periódicas de tus datos y sustituir las unidades cada pocos años
Si la unidad SSD no se enciende periódicamente, puede sufrir pérdidas de datos debido a las fugas de carga eléctrica de sus celdas de memoria.
Las tarjetas SD son otra opción para conservar datos. La vida útil de una tarjeta SD depende de la frecuencia con que se utilice, alcanzado hasta 10.000 ciclos de escritura y borrado antes de desgastarse.
Dado que 10.000 ciclos de escritura equivalen a escribir y borrar el contenido de la tarjeta a diario durante casi 30 años, las tarjetas de memoria podrían ser muy duraderas. Ahora bien, basándonos en la actual tecnología de memoria flash, se prevé que la vida media de las tarjetas SD sea de diez o más años.
La última opción es el almacenamiento en la nube, que pone la responsabilidad de mantener tus datos a salvo en manos de una empresa externa como Google o Microsoft.
Estas empresas tienen que cumplir las normas de almacenamiento de datos para garantizar su seguridad, pero no es realmente una opción para el almacenamiento a largo plazo porque no hay garantía de que la empresa en cuestión siga existiendo dentro de diez, veinte o cincuenta años.
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