Para regular la IA se necesita controlar la venta de hardware

La Inteligencia Artificial generativa es una realidad para prácticamente todo el mundo y ante su avance, los gobiernos han intentado proponer formas de regular esta tecnología. Aunque ha habido diferentes propuestas al respecto, ninguna se ha impuesto y por ello surgen nuevos enfoques al respecto, como regular desde el hardware en vez de la tecnología en sí misma.

De acuerdo con una reciente investigación realizada entre especialistas de la Universidad de Cambridge, Harvard y Oxford, así como especialistas de OpenAI, creadores de ChatGPT, una de las formas para regular esta innovación es desde el control de los chips que facilitan su funcionamiento.

En el estudio se resalta que si bien la tecnología tiene complejidades por las cuales los gobiernos no han logrado establecer una serie de reglas aplicables de la misma forma en todos los territorios, los componentes necesarios para hacer funcionar tienen una serie de características en las que se puede intervenir para controlar su avance.

“La computación relevante para la IA es detectable, excluible y cuantificable, y se produce a través de una cadena de suministro extremadamente concentrada”, mientras que los modelos de lenguaje grande “son bienes intangibles, no rivales y fácilmente compartibles, lo que los hace intrínsecamente difíciles de controlar”, se lee en el documento.

Según los especialistas, los componentes necesarios para hacer funcionar la IA (GPU o Unidades de Procesamiento Gráfico), son fabricados por un grupo muy pequeño de empresas (Nvidia tiene cerca del 90% de ese mercado) y es ahí donde reside la facilidad de los gobiernos de establecer medidas restrictivas.

Estos componentes son importantes para hacer funcionar la IA debido a que son componentes con capacidad para realizar procesos paralelos, lo cual es vital para el entrenamiento de redes neuronales de forma independiente, rápida y eficiente.

Hace poco, Mark Zuckerberg, CEO de Meta, publicó la “hoja de ruta” de su empresa en su camino hacia la construcción de su propia IA, en ese plan el ejecutivo señaló que se encuentra la adquisición de 350,000 tarjetas gráficas H100, de Nvidia, lo cual implica un gasto mínimo de 9,000 millones de dólares.

El ejecutivo también anunció que además de estos componentes, su infraestructura informática se conformaría de casi 600,000 GPU equivalentes a la H100, lo cual genera interés en otras empresas, como AMD o Intel. “En términos de prioridades de inversión, la IA será nuestra mayor área para el 2024”, dijo Zuckerberg en reunión con accionistas.

Además, este tema ya ha generado desencuentros entre Nvidia (la tercera empresa de mayor valor, sólo detrás de Microsoft y Apple) y el gobierno de los Estados Unidos, el cual le ha bloqueado las ventas de chips avanzados a empresas chinas, con el fin de controlar su desarrollo en el mercado de la IA.

Un registro global de la IA

Otra de las propuestas que se destaca en la investigación consiste en realizar un registro global que monitorice todas las ventas de componentes para IA, con la cual se pueda rastrear el funcionamiento de las piezas durante su ciclo de vida y así determinar su uso en las empresas.

Los especialistas afirman que este tipo de medidas tienen la intención de dar visibilidad sobre los desarrollos de IA para quienes se encargan de generar regulaciones tengan la capacidad de “anticipar problemas, tomar decisiones precisas, rastrear resultados, negociar e implementar acuerdos entre países”.

Como parte de esta propuesta también se incluye un “botón” para suspender o limitar el suministro de chips en caso de que se detecte un mal uso de la tecnología, aunque resaltan que esta sería una medida extrema.