La tecnología blockchain o cadena de bloques es una de las más prometedoras del momento, en especial en el ámbito de la seguridad. La transparencia que aporta a todo tipo de transacciones, y su versatilidad, han hecho de esta innovación, una herramienta cada vez más necesaria en todo tipo de ámbitos de lo más variados: desde la logística a la banca, pasando por el sector farmacéutico, sanitario, incluso el coleccionismo y el arte, las aplicaciones de blockchain no paran de crecer.
Esta tecnología se basa en la cadena de bloques, es decir, un libro contable, compartido y gestionado por distintos usuarios de manera descentralizada, lo que hace que cada nueva transacción que se incluya no se podrá modificar por ninguno de los usuarios una vez quede registrada. Esto permite un seguimiento totalmente transparente de cada registro realizado.
Así, los registros pueden hacer referencia a un activo tangible, como por ejemplo un inmueble, o a un activo intangible, como una patente. La información se va almacenando en bloques, en un libro mayor que no se puede modificar, porque cada bloque está conectado con el anterior, como si fuera una cadena. Por este motivo las redes de blockchain se han convertido en una de las innovaciones más importantes en el escenario empresarial. Estas son algunas de las aplicaciones de blockchain más relevantes:
Criptomonedas
Es la aplicación más conocida de esta tecnología, ya que es se usa para respaldar las monedas digitales, y como forma de descentralizar y asegurar las transacciones financieras. Al no depender de una entidad centralizada como un banco, cualquier movimiento se registra en una cadena de bloques distribuida y compartida por una red de nodos.
La característica clave del uso de blockchain en este contexto es que cada transacción está enlazada y asegurada mediante criptografía. Además, cada nuevo bloque (transacción) añadido se integra de manera inmutable y transparente. Así, se asegura que puedan alterarse o eliminarse a posteriori, lo que aumenta la confianza y la integridad del sistema.
Contratos inteligentes
Los contratos inteligentes, o Smart contracts, son programas informáticos almacenados en una cadena de bloques y que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen unas condiciones pactadas. Eso sí, para que esto suceda todas las partes involucradas tienen que estar de acuerdo. Al utilizarlos, se gana en transparencia, seguridad y se evitan errores e intermediarios que apenas aportar valor.
La característica fundamental que hace que los contratos inteligentes sean únicos es su capacidad de ejecutarse de manera automática al validarse el cumplimiento de unas condiciones establecidas. Una vez que estas últimas se cumplen, el contrato se activa y ejecuta en el acto las acciones correspondientes, como transferir fondos o activos, cambiar la propiedad de bienes, o emitir certificados digitales.
Cadena de suministro
Es uno de los casos de uso del blockchain que ha demostrado un mayor potencial. Dado que mejora la trazabilidad, la transparencia y la eficiencia de la información recogida, su integración optimiza y simplifica una amplia variedad de trámites. Permite localizar rápidamente cada dato en un tiempo reducido, en caso de necesidad. En este contexto, el acceso a la información de manera rápida ahorra mucho tiempo y dinero ya que recoge información relevante en todas las etapas del proceso, desde la producción hasta el punto de venta o consumo final. Cada transacción y movimiento de bienes se registra como un bloque, y una vez que se agrega la información, no se puede modificar ni eliminar, lo que garantiza la inmutabilidad de los datos.
Empresas como Coca-Cola han diseñado protocolos basados en cadenas de bloques con el objetivo de automatizar transacciones complejas con proveedores de la compañía. Con su versatilidad, el blockchain podría impulsar el PIB mundial hasta los 1,76 billones de dólares en 2030, según datos de la consultora PwC.
Votación electrónica
Es una aplicación controvertida, pero que puede resultar efectiva. Se busca mejorar la seguridad, la transparencia y la confianza en los procesos electorales mediante el uso de la cadena de bloques. Al no poder modificarse con facilidad o de ninguna manera, el riesgo de fraude se desvanecería o reduciría de forma drástica.
La votación electrónica basada en blockchain funciona mediante la creación de una plataforma segura y descentralizada que permite a los ciudadanos emitir sus votos. Cada uno se registra como una transacción en la cadena de bloques, algo que garantiza la inmutabilidad y la transparencia de todo el proceso electoral. Además, el recuento se agiliza sin perder seguridad.
Gestión de identidad
La gestión de identidad en la era digital es un desafío importante, que obliga a buscar soluciones que resulten efectivas y seguras. Blockchain ofrece un modelo descentralizado y seguro de abordar el problema y permitir a los usuarios tener un mayor control sobre su información personal. De hecho, no importaría en qué plataforma esté, pues permanecería en la misma cadena de bloques.
En dicha gestión de identidad, cada persona tiene un identificador único y cifrado que se almacena en la cadena. El identificador actúa como una clave que da acceso a ciertos datos personales, siempre con el consentimiento de su dueño. Así, los usuarios pueden decidir qué información desean compartir y con quién sin perder el control en ningún momento.
Las aplicaciones blockchain han llegado para aumentar la seguridad como nunca. Sus beneficios se perciben de forma notable en todo tipo de sectores y campos. Al fin y al cabo, siempre que un proceso necesite transparencia y seguridad, la cadena de bloques será una herramienta fiable.